El detective privado es un profesional habilitado por la ley para conocer situaciones de índole privada. Los padres frecuentemente demandan investigar acerca de qué hacen sus hijos cuando salen de casa. De esta manera se pretende la obtención de información necesaria para tranquilizarles de que no están en ninguna situación de peligro. En caso contrario, si observa algún comportamiento extraño por parte de sus hijos/as, investigar esa conducta mediante detective le permite actuar al respecto. Si algunos de sus hijos, se encuentra en una situación complicada, lo mejor es actuar lo antes posible, por el propio bien de la persona en dificultad. En cuanto a los padres o tutores, no solo sufren por lo que pudiese ocurrirles, en ocasiones deben afrontar consecuencias económicas por ser responsables civiles subsidiarios.
Consecuencia penal y civil si no opta por investigar a sus hijos a tiempo
La responsabilidad civil de los padres por hechos dañosos causados por sus hijos menores, tiene una doble regulación en nuestro ordenamiento jurídico. En el orden penal, artículo 61.3 de la La ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de Responsabilidad Penal del Menor, y en el orden civil, en el artículo 1903 del Código Civil.
La opción de contratar un detective privado que investigue el comportamiento de su hijo puede parecer exagerada, pero a veces es una manera óptima de empezar a solucionar un problema familiar. Además toda diligencia es poca cuando se trata de proteger a nuestros hijos, el patrimonio o la salud mental de la familia.
Diez circunstancias por las que quizás deberíamos contratar los servicios de un detective privado
- Percibimos un cambio importante de comportamiento del que no encontramos justificación aparente.
- Se muestran violentos, deprimidos o excesivamente risueños.
- Cambian totalmente de hábitos, amigos y apariencia física, o incluso su deterioro.
- Pasan muchas horas en la calle sin justificar.
- Poseen objetos caros que no le hemos comprado y del que desconocemos su origen.
- Manejan dinero de procedencia desconocida.
- Nos mienten frecuentemente.
- Se niegan a dar cualquier tipo de explicación acerca de donde vienen o a donde van.
- Rechazo al colegio o al instituto y baja injustificada de su rendimiento académico.
- Excesiva preocupación por su imagen y por su dieta, con cambios alarmantes de su fisonomía o presentan lesiones físicas de origen desconocidos.
Es importante que los padres tengan alguna referencia lógica de donde se encuentran sus hijos cuando no están en casa. Si honestamente concluimos que no tenemos una idea clara de donde o con quienes están, puede que tengamos un problema y sería conveniente tratar de solucionarlo. Los servicios de un detective privado han ayudado en infinidad de ocasiones en situaciones como esta. Nos da tranquilidad sobre nuestras sospechas o bien nos permitan conocer que ocurre y así tratar de ayudarlos con lo que fuere.