Vidocq, de delincuente recurrente a convertirse en el primer detective de la historia

vidocq el primer detective de la historia

A finales del siglo XVIII nació en Arras (al norte de Francia) Eugène-François Vidocq, considerado el primer detective de la historia y el padre de la Criminología. Pero para llegar a eso tuvo que recorrer un camino muy largo y tortuoso de lo más turbio, con una larga carrera como delincuente.

El gran Vidocq nos dejó grandes testimonios de su inusual vida en forma de memorias, que fueron utilizadas ampliamente en literatura (por ejemplo por Víctor Hugo o Dickens) e incluso ha llegado a la gran pantalla (El emperador de París o Vidocq, el mito).

Quién fue Vidocq, el delincuente que llegó a ser policía y detective

Una vida como delincuente en la Francia del siglo XIX

Vidocq era el tercero de siete hijos de un padre panadero. Interesado solo en las mujeres y el esgrima, rechazó estudiar para dedicarse a holgazanear, batirse en duelo, y conquistar damas. El gusto por la vagancia y las peleas lo llevó a cometer diversos robos, entre ellos a su propio padre, a quien con solo 15 años hurtó 2.000 francos para huir a Estados Unidos, que le fueron arrebatados estando borracho por sus cómplices tras pasar la noche de juerga.

En vistas de que tenía que ganarse la vida de alguna manera, este magnífico espadachín fue acróbata de circo (dicen que hasta caníbal) e incluso se alistó en el ejército, luchando en batallas como Valmy y Jemmepes. Desinteresado totalmente en un mundo que requería tanta disciplina, no tardó mucho en abandonar cuando se le asoció con la muerte de un superior. Como desertor, fue dando tumbos hasta lograr establecerse en Bélgica de forma ilegal. Allí se unió a una banda al estilo Robin Hood que con la excusa de dar caza a los contrarrevolucionarios saqueaban a diestro y siniestro sin importar a quién.

Lógicamente terminó siendo detenido y fue apresado en Lille. En 1809, cuando se encontraba cumpliendo condena en Toulon a la edad de 34 años, otros tres presidiarios mataron a un hombre y lo acusaron a él de asesinato. Él por su parte se escapó y consiguió matar a dos de ellos, pero la policía dio con él cuando estaba a punto de terminar con el tercero. Por todo este contexto Vidocq fue convirtiéndose en un personaje afamado en la zona y su figura despertaba bastante interés.

El punto de inflexión en la vida de Eugène-François, el primer detective de la historia

En este momento, Eugène-François solicitó entrevistarse con el comisario general Dubois, quien, curioso por conocerlo, aceptó. Vidocq le propuso conmutar su condena por servicios a la policía como espía, manifestándole su intención de cambiar drásticamente de bando. Dubois, harto de oír sugerencias de este tipo no le hizo ni caso, pero lejos de desistir, el delincuente le dijo que si en el camino de su despacho a la celda conseguía zafarse de los dos guardianes y volvía a él por su propia voluntad no tendría más remedio que creer en su buena fe. El policía aceptó incrédulo y más estupefacto se quedó cuando apenas quince minutos más tarde vio entrar a Vidocq en su oficina por su propio pie. A lo Houdini.

De ladrón a policía: Eugène-François Vidocq

Así fue como consiguió la amnistía y pasó a ser colaborador de la policía. A las dos semanas de comenzar su trabajo comenzaron a aparecer los resultados y fueron consiguiendo apresar a toda clase de delincuentes de lo más buscados. Estuvo un año trabajando mano a mano y tras este tiempo le concedieron más espacio para dedicarse a llevar a cabo acciones por su cuenta. Aquí es donde empieza la leyenda de Vidocq como detective privado, pero solo es el principio. Dicen que para conseguir los fines que se proponía adoptaba toda clase de personalidades para las que se ataviaba con disfraces para pasar desapercibido o ser más creíble. Cuentan que tenía tal maestría que incluso en una ocasión lo contrataron para matarse a sí mismo.

En 1811 la policía decidió crear la Brigada de Seguridad. Este cuerpo estaba formado por un grupo de agentes secretos que se infiltraban entre bandas criminales para recabar información. Un año después se instauró como cuerpo oficial de la Policía y nombraron a Vidocq como responsable de la brigada, que completó también con mendigos y exdeliencuentes a quien él mismo instruyó enseñándoles entre otras cosas el arte del disfraz o cómo comportarse en determinados ambientes. Aquí sentó ya bases de la Criminología actual.

Su faceta como investigador privado en Francia, padre de la Criminología

En 1832 lo expulsaron de la policía por instigar un crimen durante los movimientos bonapartistas. Fue en este momento en el que decidió abrir su propia agencia de investigación privada, al margen de la policía. La llamó Oficina de Inteligencia y contrató a varios detectives a su servicio. Dedicó años a esta nueva profesión haciendo uso de todo lo que había aprendido durante su época de espía para lo policía. Es la primera referencia que se tiene de una agencia dedicada a la investigación al margen de la policía, y por eso se le considera el primer detective de la historia.

Pero no todo fueron glorias, en una ocasión llegó a imputársele un delito de detención ilegal y malversación pero consiguió que lo absolvieran.

Últimos años como escritor…

Ayudado por su amigo Balzac, escribió sus memorias durante los últimos años de su vida. En 1847 falleció su esposa, cerró su agencia y se retiró de forma oficial aunque siguió colaborando ocasionalmente con la policía hasta su muerte en 1857 en su casa de Le Marais en París.

Una vida apasionante, ¿no? De ladrón al primer detective del que se tiene constancia.

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