A pesar de que la figura del investigador es una verdadera incógnita para muchos, que aún creen que pasamos nuestras jornadas tras un periódico con agujeros en los ojos, nuestra profesión es mucho más profunda y útil que todo eso. Si ya he comentado algunas cosas que no podemos hacer (por ley), hoy quiero reseñar algunas de las que sí, y que en en concreto en los tiempos que corren convierten a los detectives privados en una gran ayuda en lo que respecta a la pandemia provocada por el coronavirus Covid-19. Durante el estado de alarma tuvimos que parar motores, pero ahora somos la clave, ¿quieres saber por qué?
Detectives privados y COVID-19: un apoyo y no un enemigo
Aunque a veces tristemente se villaniza la profesión del detective, muchas veces por las influencias literarias que tenemos de ellos, nunca debemos olvidar que tiene siempre una función social de ayuda al ciudadano, en cualquiera de los posibles estratos de necesidad. El detective no es un espía, es un profesional habilitado legalmente por el Ministerio del Interior para llevar a cabo labores de investigación. Actúa en aras de prestar ayuda a personas legitimadas. Y con el coronavirus no es distinto.
Los investigadores privados, voluntarios para actuar como rastreadores
Como personal más que cualificado en labores de investigación, los detectives privados se han puesto públicamente a disposición del Ministerio de Salud para actuar como rastreadores de casos de coronavirus. ¿Se os ocurre mejores sabuesos? Si algo se nos da bien es estudiar los comportamientos y movimientos de las personas; y eso es algo de lo que debemos sacar partido en una situación tan extraña como la actual. Que sean investigadores privados y no sanitarios los que se encarguen de parte de esta tarea supone además un alivio importante de carga en el ámbito sanitario, que ya tiene lo suyo.
Cuáles son las investigaciones privadas más comunes relacionadas con el coronavirus
El Covid-19 nos ha llevado a todos a nuevos escenarios en todos los aspectos de nuestra vida: teletrabajo, mascarillas, distanciamiento social… Y esto también ha afectado en cierto modo a la labor de los detectives privados y a la forma de hacer frente a sus casos. Si bien los motivos de la solicitud de investigación siguen teniendo la misma base: protegerse de algún modo, las prioridades concretas que impulsan esa necesidad de protección han cambiado en cierta manera:
Custodia compartida y falta de cuidado por parte de un progenitor
Una de las nuevas situaciones por las que se puede necesitar a un detective privado en relación al coronavirus es aquella que se produce cuando progenitores separados desconfían de si el otro actuará con la debida diligencia cuando sus hijos menores están a su cargo o durante el régimen de visitas. Si son llevados a sitios de gran afluencia de personas o incluso si son expuestos en su propia vivienda a numerosas visitas; si están llevando a cabo las medidas de higiene y prevención necesarias, etc.
Esto ya era un prototipo básico del trabajo de un investigador, pero ahora con más motivo porque hay aún más en juego.
Fraudes laborales y a las aseguradoras ante posibles síntomas
Otro viejo conocido llevado a un nuevo nivel son las bajas fingidas. Ahora los interesados son aquellos trabajadores que presentan posibles síntomas, han tenido algún contacto de riesgo, están a la espera de conocer resultados de PCR, etc. y que presumiblemente no están asumiendo correctamente su deber de aislamiento y cuarentena, sino que han sido vistos en la calle, o realizando actividades no permitidas. Aquí nuevamente entra en juego la labor del detective para proteger a empresarios y seguros frente a la picaresca de sus empleados o asegurados.
Por cierto, os dejo por aquí algunas señales para saber si un trabajador está fingiendo su baja.
Detectives privados y okupas
Si la ocupación de viviendas era un problema recurrente especialmente cada verano, en este año de confinamiento los casos se han disparado, especialmente en segundas viviendas destinadas al alquiler. Los detectives privados pueden ser de utilidad para recabar pruebas de la ocupación ilegal de las residencias de cara a presentar una demanda para el desalojo de la misma o para el propio juicio. Es una ayuda clave para demostrar la situación.
Estos son solo algunos de los ejemplos en los que la actuación del detective privado puede ser relevante frente al coronavirus. ¿Se te ocurre alguno más?